A los herederos del franquismo les molesta sobremanera que se les diga que la democracia, para ellos, sólo es un sistema para conseguir el poder y no una manera de ejercerlo. A los del PP, también.
En mi memoria no hay una sola propuesta, real o electoralista, para mejorar la calidad de la democracia. Argumentos economicistas o apelaciones a la eficacia, los que quieran; pero ideas que incrementen la representatividad, que acerquen las decisiones al pueblo soberano, ni una.
Según este pensamiento, votar cada cuatro años es una concesión a un pueblo de menores de edad. Ellos son los patricios, los ilustrados que conocen las necesidades del pueblo llano. Como mucho, están dispuestos a sucederse en el poder con quienes se declaren sus pares, aunque vistan de otro color. Les horroriza la pluralidad, inventan fórmulas aritméticas para impedirla y, después de desprestigiar a los políticos con sus corrupciones, proponen reducir representantes para eliminarla.