Hace treinta y pocos día, casi nadie consideraba la posibilidad de que el PP no fuera el partido más votado y que, por tanto, su líder presentaría candidatura a liderar el Govern. Menos los abducidos por la megalomanía de Bauzá, el resto de la población sabía que no existía registro histórico de ningún personaje que pudiera igualarle en número y diversidad de ciudadanos en su contra. Los había de todas las edades, procedencias, ideologías (incluso, militancias) y condición. Solo la muleta ventajista de Ciudadanos hubiera podido llevarle al Consolat. La muleta ha salido coja, Bauzá ha perdido hasta la arrogancia y el PP no presenta candidato porque, simplemente, no lo tiene.
Tampoco parecía posible que Podemos, además de apoyar a una presidenta del PSOE, tuviera a casi la mitad de sus bases (43%) dispuestas a gobernar a su lado, dispuestos a ser cómplices activos de un gobierno de la casta socialista. Pasadas las generales, habrá caducado el plus de virginidad que tenían los autodenominados herederos del 15-M.
De no mediar cálculo electoral por medio, los votos podemitas hubieran alzado a Biel Barceló a la presidencia. Era la prueba del 9 del cambio sobre lo que había sido norma. Tampoco ha sido como se esperaba porque el ejercicio de la política es un juego poliédrico. Algo que no entendió el bidimensional Bauzá.
ferranaguilo 
Mírese usted las cifras de estas últimas elecciones … porque sí … el PP ha sido el partido más votado. Intenta usted confundir esa realidad con la perdida de la mayoría absoluta que obtuvo las legislatura anterior.