La escopeta nacional no es solo una película, es el resumen de la España capaz de inventar el capitalismo caciquil o el liberalismo orgánico, como ustedes prefieran. Cuando los empresarios cortesanos pierden fuelle, se legislan nuevas obligaciones para los ciudadanos y concesiones para ellos.
Resignados a pasar por la taquilla de los amigos del poder, no conseguimos que disimulen su suficiencia: es el público que está al servicio de su cuenta de resultados. Ni se cuestionan simular que no es por méritos que tienen la concesión de un negocio con clientes cautivos. No se deben a nosotros y, por tanto, pueden dar un servicio de baja calidad en sus concesionarias gubernamentales.
Sea la ITV, la recogida de basuras privatizada o los peajes tipo túnel de Sóller, el modelo es el mismo: reducir costes y aumentar beneficios a costa de la calidad del servicio y de la ocupación. Y, hasta ahora, los gobiernos les han aplaudido.
Oiga Aguiló:
Que el pis es un abono excelente!! 😀