Doce campanadas (10/10/2015)

Mientras celebraban los 100 días con un baile de realizaciones y promesas, sonaron las doce campanadas en el Consolat y la eufórica presidenta no se volvió Cenicienta, por mucho que los lujos de palacio no tengan presupuesto para realizarse. Cualquier viaje será fantástico si los ratones que campan por las cajas vacías de Hacienda no pierden la ilusión de vestir un traje de maravilloso cochero y la calabaza que se llevó la prepotencia del PP se mantiene convertida en cómodo carruaje para los encantados bailarines.

Porque, en el fondo, lo más destacable de estos 100 días, además del chirriar excéntrico del engranaje del pacto, ha sido la desbauzanización, desde el Govern al PP, pasando por las relaciones ciudadanas. Pero la desaparición del malvado que convertió en permanente la crispación social no bastará para mantener el hechizo 48 largos meses.

Cierto que se ha girado el foco y la reivindicación contra el secular maltrato financiero de estas islas ya no se pretende cambiar por una plaza en el consejo de ministros, a la derecha de Rajoy. Que hay más docentes, la Renta Básica ya tiene partida presupuestaria y se han recuperado fondos europeos para fomentar la ocupación de los más castigados. Pero las propuestas de más calado seguirán pendientes de que el futuro príncipe de la Moncloa se arrodille a calzar el zapato a Cenicienta-Armengol. Un cuento.

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Una resposta a Doce campanadas (10/10/2015)

  1. Jaume ha dit:

    Si hablas mal de Bauzá es que hizo un buen trabajo.

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